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En general, los efectos terapéuticos se deben a su capacidad para modular las respuestas inmunológicas, reducir la inflamación y promover la reparación y regeneración de tejidos. Estas propiedades las convierten en una herramienta prometedora en la medicina regenerativa para condiciones como la osteoartritis, los discos abultados y herniados, la artritis, los discos degenerativos, las distrofias musculares y otros trastornos musculoesqueléticos.
Mecanismo de Acción
- Regeneración de Tejidos Dañados: Las células madre se diferencian en células especializadas, como condrocitos (células del cartílago), osteoblastos (células óseas) o tenocitos (células de los tendones), que contribuyen a la regeneración de los tejidos.
- Efectos Antiinflamatorios: Las células madre reducen la inflamación en los tejidos afectados, lo cual es un factor principal del dolor y la degeneración adicional en enfermedades musculoesqueléticas y de discos. Lo logran mediante la modulación de la respuesta inmunológica, secreta citocinas antiinflamatorias e inhibiendo las citocinas proinflamatorias, reduciendo la inflamación y la hinchazón.
- Inmunomodulación: Las Células Madre Mesenquimatosas (MSCs) interactúan con células inmunitarias, incluyendo células T, células B y macrófagos, para cambiar la respuesta de un estado proinflamatorio (macrófagos M1) a un estado antiinflamatorio (macrófagos M2). Esto reduce las respuestas autoinmunes y la inflamación crónica.
- Reducción del Dolor: Al reducir la inflamación, reparar los tejidos dañados y estabilizar las articulaciones o discos, las Células Madre Mesenquimatosas (MSCs) reducen indirectamente el dolor mecánico e inflamatorio. Algunos estudios sugieren que las MSCs también pueden influir en las vías del dolor al modular la actividad de los nervios sensoriales.